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La Estrategia 2020 de la UE y la Europa 2.0 de Pau
La semana pasada mi amigo Pau presentó en sociedad su libro «Europa en los tiempos del cólera».
Fue un acto muy chulo. Como dijo Nacho Samper estábamos «los amigos de Pau». Y no éramos pocos… y no estábamos todos.
Me gustó especialmente escuchar a Pau contar el sentido de su libro, como nació la idea y se ha consolidado. Fue como un resumen de todo un año de cafés y comidas, de reflexiones que empiezan un día, van madurando semana a semana y en un plazo de tiempo…zas!, las lees en un libro… Ha sido un proceso curioso, y me ha gustado vivirlo de cerca (gracias pau!).
El caso es que desde hace semanas se discute la Estrategia Europa 2020. Esta estrategia quiere ser el instrumento para que Europa no sólo salga de la crisis, si no que lo haga reforzada y en condiciones más robustas de las que tenía antes de 2008.
Estamos en el año 2010, y comprobamos con resignación y sin sorpresa que Europa no se ha convertido en la economía más competitiva del mundo, basada en el conocimiento y la investigación y garantizando la cohesión social y la sostenibilidad. La famosa Estrategia de Lisboa no ha logrado sus objetivos, y encima nos vemos en el medio de la tempestad -en forma de crisis económica y financiera- más severa de los últimos setenta años. Casi nada…
Conscientes de que Lisboa fue un fracaso, evaluados y detectados los factores que la han hecho fracasar y conscientes de la necesidad imperiosa, urgente y acuciante de diseñar y planear la salida de una crisis que no vimos venir, se propone la Estrategia 2020 como respuesta. Europa quiere:
- crecer de manera inteligente y desarrollar una economía basada en el conocimiento y la innovación
- crecer de manera sostenible y promocionar una economía que haga un uso más eficaz de los recursos. Que sea capaz de ser «más verde» y «más competitiva».
- crecer de manera integradora, fomentando un crecimiento económico capaz de crear empleo y capaz de cohesionar en lo social y en lo territorial.
Los objetivos que se marca la UE para 2020, con esa filofía de fondo son:
- Pleno empleo en la franja de edad de entre 20 y 64 años
- Inversión del 3% del PIB en I+D+i
- Objetivo ambiental de reducir un 20% las emisiones de CO2, aumentar en un 20% el consumo de energías renovables para el año 2020.
- Situar el porcentaje de abandono escolar por debajo del 10%
- Disminuir en 20 millones las personas en riesgo de pobreza
No son ideas muy distintas de las de la estrategia de Lisboa. Conjurar el fracaso ha de venir de pensar un método para ponerlas en marcha que resulte efectivo. En el documento se propone traducirlo en objetivos y trayectorias nacionales… Pero es aquí donde quiero enlazar con la tercera parte del libro de Pau, que es seguramente la más interesante. La parte en la que habla de cómo debería hacer las cosas Europa, o quienes la lideran y la gestionan, para que tenga más éxito.
Pau propone «una gran conversación» entre quienes gestionan Europa y los europeos. Y esa conversación, hoy por hoy, sólo puede hacerse a través de las redes sociales, que, además, se han revelado como instrumentos revolucionarios, y no ya de futuro, si no de presente, sin los que es impensable imaginar conversaciones e interactuaciones como las que serían necesarias para respaldar cualquier iniciativa europea que busque y persiga el éxito.
La Estrategia 2020 necesita, creo yo, de esa gran conversación… Y ésta no viene contemplada de ninguna manera en el documento de la Comisión… Tienen que comprarse YA el libro de Pau… ¿no crees?
La igualdad como idea homogeneizadora de Europa
No es mía la idea del título, la leí en un artículo sobre la Cumbre Informal de Ministros y Ministras de Igualdad que se celebró el fin de semana pasado en Valencia.
El Presidente Zapatero ha remarcado una idea muy importante: que la igualdad entre géneros sea uno de los motores de la Estrategia 2020. No puede ser irrelevante en el plano económico elevar al 70% el empleo femenino y reducir la brecha salarial que discrimina todavía a tantas mujeres.
Con la Cumbre Informal y el encuentro de mujeres Europa- África hemos podido desterrar, siquiera por unos días, ese complejo tan ibérico de tender a pensar que somos los últimos en todas las colas, y que lo nuestro es siempre lo peor… Y es que resulta que España tiene en materia de igualdad leyes, como la Integral contra la Violencia de Género, que se consideran únicas en Europa. Estamos haciendo bien los deberes.
Eso nos legitima y nos da pie para proponer durante Presidencia Española, como hemos venido haciendo, algunas actuaciones en materia de igualdad, centradas en la lucha contra la violencia, frente a la que nunca se puede bajar la guardia. A esa filosofía responde la propuesta española de crear un Observatorio Europeo de Lucha contra la Violencia de Género que permita monitorear el fénomeno en los distintos países, compartir información y buenas prácticas y elaborar diagnósticos de ámbito europeo que permita una lucha integral y coordinada contra esta tragedia. Un triunfo en este área nos abrirá las puertas para luchar en otros frentes. Yo no tengo dudas. Así se ha ido haciendo Europa.
Una pequeña gran idea. Un pequeño gran logro… Y así, pasito a paso, vamos caminando por el sendero de la Presidencia.
Hoy, el Secretario de Estado para Iberoamérica en directo a partir de las 17h
¿En qué consiste ser francés? ¿En qué consiste ser europeo?
Anda el patio del vecino revuelto desde hace unos meses. Y la razón es que el Gobierno del hiperactivo Sarkozy ha planteado un debate, que ha pretendido ser social, para sentar la base de lo que es ser francés, o francesa, en este mundo de hoy. Una puesta al día del concepto.
Le han caído críticas de la ultraderecha (porque la derecha al fin y al cabo son ellos) y de la izquierda, tan maltrecha en el país galo desde hace tanto tiempo. Parece ser que algunos han pensado que viniendo las críticas de ambos lados la cosa no debería ser tan mala…
Yo que no le tengo especial apego a las cosas del patriotismo folclórico he seguido el debate con curiosidad. ¿Influirá en el nuevo concepto de «ser francés» que más de el 13% de la población sea de origen inmigrante, y por tanto NO aborigen del país de la baguette?
En esta página web es donde se recoge el debate, con el objetivo de animar a la participación (o eso dicen)
http://www.debatidentitenationale.fr/
Tengo mis dudas de que me dejen participar en el debate, pero yo tengo mis propias ideas al respecto. Ser francés significa estar en esa tríada tan famosa que todos estudiamos en Historia: LIBERTE, EGALITE, FRATERNITE, entendida esta última como solidaridad, gracias a las clases de Ideas Políticas de la Modernidad de la gran Amelia Valcárcel.
Sinceramente creo que lo que debería actualizarse hoy en día en el marco de unas sociedades occidentales que viven perdidas el fenómeno de la globalización, que acogen -de mejor o de peor gana- a millones de personas que proceden de entornos culturales totalmente diferentes y no siempre respetuosos con nuestros principios, que vive amenazas globales a las que no pueden dar respuestas ni siquiera regionales, lo que necesitamos es poner al día esos conceptos a la luz de la realidad que ya vivimos y a la luz de la que está por venir.
Y ese debate no deben tenerlo los franceses sólamente, debemos tenerlo los españoles, los británicos, los suecos, los griegos, etc, etc.
¿Qué significa hoy ser libre? ¿Dónde ponemos sus límites, hasta dónde puede el Estado (tome la forma que forme) recortar nuestra libertad en pos de un bien colectivo y del interés común? ¿Puede renunciarse libremente a los derechos fundamentales, cívicos y esenciales si se es ciudadano/a de nuestras comunidades?
¿Qué significa hoy ser iguales? ¿Hemos sido capaces de que las minorías puedan desarrollarse? ¿Tenemos de verdad la mitad femenina de la población las mismas oportunidades que nuestros compañeros? ¿Somos capaces de tratar de manera diferente los casos diferentes?
¿Qué significa hoy la solidaridad? ¿No la estaremos confundiendo a veces con la caridad? ¿Somos realmente capaces de conmiserarnos con quienes sufren y somos capaces de replantearnos nuestros patrones para dar respuesta a eso?
Este es un debate enorme, claro que lo es. Lo que no entiendo es que nos quedemos con la anécdota de una idea u ocurrencia del gobierno de Sarkozy. Sabemos lo que es ser europeos? Lo saben los miembros de pata negra? Lo saben los recién ingresados?
En fin. Pensemos en el tema. Mientras, recordemos aquello que cantaba Víctor Manuel… Ser asturianu nun ye dir con montera picona, nin saber char bien la sidra nin xubir a Covadonga… Así que seguramente ser francés no consista en cantar la Marsellesa una vez al año… ni ninguna cosa similar.
Europeando
Hoy ponemos en marcha EUROPEANDO, un grupo de personas que queremos impulsar durante la Presidencia Española de la UE debates sobre lo que ello significa y sobre lo que durante este semestre se va a poner encima de la mesa, desde una perspectiva crítica, desde la militancia europeista.
Desde esta plataforma, reivindicamos la necesidad de dar un nuevo impulso al proyecto europeo basado en la participación activa y crítica de los ciudadanos y ciudadanas sobre este fascinante proyecto común.
Los hombres y mujeres que participamos en Europeando apostamos decididamente por una Europa abierta, solidaria y plural en la cual te invitamos a participar.
Mucha gente se pregunta, nos preguntamos, por qué lo que se comunica sobre europa y sobre sus decisiones tiende a ocultar o dejar en un segundo plano lo positivo. afortunadamente hoy en día TOD@S podemos comunicar, a través de nuestros blogs, de nuestros perfiles en las redes sociales, de nuestro twitter. Hoy la responsabilidad es de todos, y ahora el compromiso se abre.
Va a estar bien experimentar a nuestro nivel y comprobar nuestra «temperatura europea y europeísta».
¿Te unes? 🙂
No conviene olvidar. El Euro: la historia de un éxito.
Mientras encuentro tiempo para alumbrar un post «de mi puño y letra» comparto este artículo de Foreign Policy con vosotros. Porque no conviene regodearse sólo en las cosas que no van o no acaban de salir como nos gustaría. Existen referencias de proyectos de éxito. Y en este caso, nos relacionamos con ese éxito cada día: el euro.
La creación del euro ha sido uno de los éxitos más evidentes de la Unión Europea de las últimas décadas. Además de su fuerte valor simbólico, ha supuesto uno de los pilares de la estabilidad en Europa, tanto en el periodo de expansión económica como en la reciente recesión. Países como Italia, Grecia, España o Portugal, acostumbrados a ver sus monedas sometidas a ataques especulativos en momentos de dificultades económicas, han disfrutado de un anclaje muy eficaz para evitar tasas de inflación elevadas y han tenido una mayor capacidad de financiación exterior. Esto ha permitido acomodar la fuerte expansión económica previa a la recesión de manera no inflacionaria, esencialmente porque han importado la credibilidad de la política monetaria alemana a través del Banco Central Europeo, que heredó en buena parte su filosofía.
La crisis económica de los dos últimos años ha supuesto un test importante para la zona euro. Muy recientemente, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, ante las preguntas sobre la posibilidad de que Grecia abandonase el euro o se rompiese la unión monetaria, señaló que no le gustaba responder a hipótesis “absurdas”. La respuesta es en parte defensiva para no crear expectativas negativas, pero la agresividad de su formulación encierra una verdad: a Grecia y a cualquier otro país endeudado que abandonase la zona euro le iría mucho peor fuera que dentro.
Aunque sus efectos sobre la estabilidad económica han sido claramente positivos, el papel del euro como moneda de peso internacional no ha llegado a ser tan importante como algunos esperaban, de manera que el dólar estadounidense sigue siendo la referencia en los mercados financieros. En un primer momento, tras su puesta en marcha, el euro tuvo un periodo de fuerte depreciación, que se vio corregida después con una significativa apreciación, como consecuencia del desequilibrio externo de la economía norteamericana. En este contexto, la posibilidad de que el euro releve al dólar como moneda predominante ha sido tema de debate recurrente. Existen consideraciones económicas y políticas que reducen las posibilidades de que el euro sustituya al dólar como moneda de referencia. Por un lado, gran parte del ahorro de los países emergentes está invertido en activos americanos, sobre todo en deuda pública. Una depreciación del dólar les supondría una pérdida de capital importante, que no están dispuestos a aceptar. Por otro, el crecimiento potencial de EE UU previsto para la próxima década es mayor que el de los países de la zona euro. La menor flexibilidad de la economía europea respecto a EE UU es parte de esta explicación, como lo es una mayor capacidad para invertir en innovación y desarrollo y, sobre todo, de aprovechar más esa inversión. El estancamiento de la población en Europa tampoco juega a favor. Así, el mayor rendimiento de las inversiones en EE UU provoca la atracción de capitales que apoyan a su moneda.
La historia demuestra que la preponderancia de una moneda no se consigue en unos pocos años, sino que es cuestión de décadas de estabilidad y crecimiento sostenido. El papel del euro en los mercados internacionales es ahora mayor que la suma de las monedas que sustituyó, pero no sería lógico que el euro sustituyese al dólar a corto o medio plazo. Tampoco tendría por qué ser un objetivo en sí mismo. Lo más probable es que en los próximos años la moneda europea vaya adquiriendo más peso, sobre todo en las regiones del mundo con las que tiene más relación. En ese escenario, la importancia relativa del euro podría ser similar a la del dólar. De momento, es suficiente con aprovechar las ventajas que en términos de estabilidad económica y de reducción de costes de transacción supone tener una moneda común que ha resistido los embates de la mayor crisis en muchas décadas.
¿Nos sirve de algo Europa?
Para quienes somos militantes de la causa europeísta se nos hace duro escuchar según qué críticas que se hacen en según qué contextos al proyecto europeo, al que hay quien incluso tacha de insolidario… y se queda tan ancho. Vociferan aquí y allá que «Eso de Europa no sirve para nada», por ejemplo.
Lo que nos cuenta el Eurobarómetro es que España no es un país euroescéptico. Afortunadamente no somos… en fin, no mencionaré ningún país para no herir susceptibilidades J. Pero lo que sí es cierto es que nuestra adhesión europeísta parece que se va diluyendo con cada eurobarómetro.
Reconozco que no todo lo que llega de las instituciones europeas son buenas noticias. Pero tampoco todo son malas… cualquier persona con capacidad crítica puede sentir una cierta “desafección” (me encanta este palabro!) ante algunas medidas poco sociales que se han tomado en los últimos años. Me vienen a la mente en modo de “flash rápido” la directiva de tiempo de trabajo –más conocida como de las 35 horas- , o la directiva de retorno. Una línea más arriba iba a calificar estas directivas de “poco populares” pero no. Todo lo contrario. Son totalmente populares, fruto de la mayoría de la que goza el Partido POPULAR Europeo en el PE, la COM y los gobiernos de los 27 EEMM. No podemos pretender que la derecha, siendo mayoría en Europa, vaya a adoptar un programa “social”. Con todos los matices del mundo, sí, pero es lo que hay…
Siendo esto cierto, no lo es menos que de un tiempo a esta parte predomina el enfoque negativo sobre el positivo cuando se habla de Europa, cuando se informa sobre Europa.
Un ejemplo: la recepción de fondos europeos, que ha sido cuantiosa durante años y que sólo acapara noticias cuando sufren algún tipo de recorte y nunca para poner de relieve la aportación en el progreso espectacular de España en el contexto europeo. Otro ejemplo nos lo brinda la reciente detención de J María Olano, etarra. El tipo este que declara, sin sonrojo ni remordimiento por supuesto, que compró un bonito misil en el mercado negro del este de Europa a finales de los 90, que lo paseó por Euskadi cambiándolo de sitio, guardándolo aquí y allá, incluida alguna dependencia pública, como si de un cesto de manzanas se tratara, y que falló el aparatejo (ya se sabe lo que pasa con el mercado negro… no te devuelven el dinero) en sus 3 intentos por derribar el avión en el que viajaba el entonces Presidente Aznar.
El Sr. J María Olano fue detenido en la última operación policial contra ETA, que se desarrolló en Portugal, donde ETA tenía previsto establecer una especie de centro logístico. Olano será trasladado a España en el próximo mes para ser puesto a disposición de la Justicia española. ¿Es esto una dádiva de nuestros simpáticos y queridos vecinos portugueses? No, no es una dádiva, y sí, son simpáticos y queridos los vecinos…
Esta extradición en modo “turbo” es posible gracias a una herramienta europea, una de esas decisiones que se toman en esas reuniones que tiene esa gente de Bruselas, que se celebran en las Presidencias rotatorias, en un sitio distinto cada 6 meses (me revienta la demagogia sobre el gasto en reuniones con motivo de una Presidencia Europea, o una conferencia internacional… la gente que participa en esas reuniones viaja para trabajar…!!!)
Esa herramienta es la EUROORDEN. La euroorden es una resolución judicial dictado en un estado miembro de la UE con vistas a la detención y entrega por parte de otro estado miembro de una persona a la que se reclama para el ejercicio de acciones penales o para la ejecución de una pena privativa de libertad.
La aprobó el Pleno del Parlamento Europeo el 29 de noviembre de2002. Ese mismo día se aprobó también la definición común a todos la UE del delito de terrorismo.
La euroorden sirve para facilitar extradiciones, para hacerlas enormemente más ágiles y se aplica para 32 delitos.
¿Nos sirve de algo Europa?
Tomen como muestra, señores, el botón de la Euroorden. Al que no le debe de “molar” nada en absoluto es a J María Olano…