Anda el patio del vecino revuelto desde hace unos meses. Y la razón es que el Gobierno del hiperactivo Sarkozy ha planteado un debate, que ha pretendido ser social, para sentar la base de lo que es ser francés, o francesa, en este mundo de hoy. Una puesta al día del concepto.
Le han caído críticas de la ultraderecha (porque la derecha al fin y al cabo son ellos) y de la izquierda, tan maltrecha en el país galo desde hace tanto tiempo. Parece ser que algunos han pensado que viniendo las críticas de ambos lados la cosa no debería ser tan mala…
Yo que no le tengo especial apego a las cosas del patriotismo folclórico he seguido el debate con curiosidad. ¿Influirá en el nuevo concepto de «ser francés» que más de el 13% de la población sea de origen inmigrante, y por tanto NO aborigen del país de la baguette?
En esta página web es donde se recoge el debate, con el objetivo de animar a la participación (o eso dicen)
http://www.debatidentitenationale.fr/
Tengo mis dudas de que me dejen participar en el debate, pero yo tengo mis propias ideas al respecto. Ser francés significa estar en esa tríada tan famosa que todos estudiamos en Historia: LIBERTE, EGALITE, FRATERNITE, entendida esta última como solidaridad, gracias a las clases de Ideas Políticas de la Modernidad de la gran Amelia Valcárcel.
Sinceramente creo que lo que debería actualizarse hoy en día en el marco de unas sociedades occidentales que viven perdidas el fenómeno de la globalización, que acogen -de mejor o de peor gana- a millones de personas que proceden de entornos culturales totalmente diferentes y no siempre respetuosos con nuestros principios, que vive amenazas globales a las que no pueden dar respuestas ni siquiera regionales, lo que necesitamos es poner al día esos conceptos a la luz de la realidad que ya vivimos y a la luz de la que está por venir.
Y ese debate no deben tenerlo los franceses sólamente, debemos tenerlo los españoles, los británicos, los suecos, los griegos, etc, etc.
¿Qué significa hoy ser libre? ¿Dónde ponemos sus límites, hasta dónde puede el Estado (tome la forma que forme) recortar nuestra libertad en pos de un bien colectivo y del interés común? ¿Puede renunciarse libremente a los derechos fundamentales, cívicos y esenciales si se es ciudadano/a de nuestras comunidades?
¿Qué significa hoy ser iguales? ¿Hemos sido capaces de que las minorías puedan desarrollarse? ¿Tenemos de verdad la mitad femenina de la población las mismas oportunidades que nuestros compañeros? ¿Somos capaces de tratar de manera diferente los casos diferentes?
¿Qué significa hoy la solidaridad? ¿No la estaremos confundiendo a veces con la caridad? ¿Somos realmente capaces de conmiserarnos con quienes sufren y somos capaces de replantearnos nuestros patrones para dar respuesta a eso?
Este es un debate enorme, claro que lo es. Lo que no entiendo es que nos quedemos con la anécdota de una idea u ocurrencia del gobierno de Sarkozy. Sabemos lo que es ser europeos? Lo saben los miembros de pata negra? Lo saben los recién ingresados?
En fin. Pensemos en el tema. Mientras, recordemos aquello que cantaba Víctor Manuel… Ser asturianu nun ye dir con montera picona, nin saber char bien la sidra nin xubir a Covadonga… Así que seguramente ser francés no consista en cantar la Marsellesa una vez al año… ni ninguna cosa similar.