La crisis de los (tres) cerditos

Una no puede deja de pensar en esta crisis que nos inquieta, que nos aprieta por todas partes, y que nos hace sentir vulnerables. Como individuos y colectivamente. Y encima, va la selección y pierde con Suiza…

El caso es que esa «congoja» se hace especialmente patente cuando la sociedad, la gente, asume la necesidad de hacer sacrificios, pese a que tenemos todos muy claro, gobernantes y gobernados, que quienes generaron y fabricaron esta crisis no son quienes ahora han de sufrir ajustes, con más o menos resignación.

Queríamos reformar el capitalismo (Sarkozy dixit)  y resulta que,  como no nos dimos prisa, el capitalismo no está «ajustando» a nosotros. No sólo eso. El capitalismo ha encontrado la manera de aprovecharse de ello. Seguimos jugando con las mismas reglas del juego que propiciaron el marco  ideal para que se incubara y se desencadenara esta crisis.

El ataque al euro es un ejemplo. Estoy convencida de ello. A los «mercados» (yo no sé quién es el tal sr. mercado… pero mecagonsu….. todos los días!) les interesa que el euro se debilite, y que con él la UE -y toda su enorme capacidad reguladora- se debilite, y que se mantenga el status quo actual que les permite hacer de las suyas. Y de paso otras divisas (las suyas, las anglosajonas) salgan reforzadas. Así se hace dinero, y mucho, todos los días.

Para respaldar esto, han inventado su relato. Lo tienen hecho y navega por la red, por la opinión pública, y corre de boca en boca, de blog en blog, como si fuera pólvora. Una parte de ese relato lo constituye el cuento de los 3 cerditos, de los PIIGS, que no somos sólo 3 (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) pero a quienes se nos pone en el origen de todos los males. Y a por nosotros van, como si estuviéramos en pleno San Martín, para hacer sangre en el sistema económico europeo. Y los cerditos corremos atemorizados, como los dos primeros cerditos del cuento cuando sopla el lobo y les tira sus cabañas. Pero ya está bien. Seamos como el otro cerdito, el más listo, y respondamos con nuestro propio relato.

Aquì os dejo (en una traducción libre) el relato de mi compañero F.A. Te animo a que lo difundas.

«Se habla mucho de los PIIGS como una desafortunada y única entidad, cuandon las realidades  de los países PIIGS son, siempre han sido, muy diferentes. Los medios anglosajones, inductores de este juego, hasta ahora han conseguido lo que se proponían: crear una ola de desconfianza hacia esos países y amenazar de paso la estabilidad del euro y del propio proyecto europeo, mientras contraponen la «seriedad» del norte con la «vagancia» del sur. Estamos hablando de los mismos medios que hace 3 y 4 años hablaban del milagro español (el que nació del ladrillo, oigan) y lo comparaba con lo que ellos denominaban economías «esclerotizadas» de Francia y Alemania.

Para todos aquellos del sur de Europa que se sientan ofendidos por el acrónimo PIIGS acuñado  por «The Economist», usado hasta el abuso en todo tipo de blogs, foros de opinión y medios de todo tipo, proponemos algunos otros acrónimos, que ya se pueden usar en la red para referirse a otras realidades económicas, que deberían resultar igualmente preocupantes. (Nótese que se usan las siglas de los nombres de los países en inglés).

  • Los SWINEs (Suiza, Islandia, Holanda e Inglaterra). Se trata de algunos países europeos especializados en servicios financieros. Un fallo de la confianza en el sistema financero global podría provocar en ellos tensiones económicas serias. Su «Grecia» particular la tienen en Islandia, un ejemplo de futuro al que los miembros del grupo podrían estar predestinados.
  • Los TOXIC APES (sistemas económicos de tendencias anglosajonas y protestantes). El mantra de los gurús financieros y de los medios económicos internacionales. Son muy peligrosos para la estabilidad de las economías occidentales. Gozan de un sistema de control de la responsabilida social muy débil, lo que hace de esos países -los del este- presentarse como fervorosos siervos de los intereses financieros de Wall Street y la City, por lo que sus agendas políticas están totalmente dominadas por EEUU y Gran Bretaña. Tienen una enorme capacidad patra transformar el estatus quo social global y el económico en favor de sus gurús.
  • Los DUNG (Dinamarca, Reino Unido, Holanda y Alemania). Son países en los que  sus nórdicas actitudes arrogantes  hacia los países del sur en sus medios de comunicación han ido todavía más lejos después de la crisis griega.
  • El Grupo de Las Vegas. Fans del capitalismo de casino: una amalgama de medios de comunicación, agencias de calificación y magnates de todo pelo, que favorecen y se aprovechan de la descontrolada expansión del capitalismo y su especulación (S&P, Fitch, Goldman and Sachs, Financial Times, Wall Street Journal, The Economist, la FOX, y toda la «galaxia Murdoch».

PS: Y ya se sabe… ¡del cerdo se aprovecha todo!

Manifestémonos, o no.

El derecho de manifestación es uno de los derechos fundamentales que contempla la Constitución Española.

Cuando pensemos ejercer nuestro derecho a la manifestación debemos comunicárselo a la Subdelegación de Gobierno con una antelación  mínima de 10 días naturales y máxima de 30 (se reduce a 24 horas si existen causas extraordinarias y graves) y hay que comunicar:
– identificación y firma de los convocantes
– recorrido, lugar, fecha y hora
– afluencia y duración prevista
– existencia de medidas de seguridad propias de los manifestantes o solicitud de algunas a la Administración (corte de ciertas calles, escolta policial, etc…)

Las manifestaciones se ligan históricamente al movimiento obrero y a sus reivindicaciones por la mejora de sus condiciones laborales, pero es un fenómeno que ha ido extendiéndose por el arco ideológico de una manera muy ágil.

En España uno puede manifestarse por la causa que le plazca. No existen limitaciones en cuanto a la temática. Puede haberlas por otras causas, pero no es frecuente.

Esta semana asisto atónita a una serie de declaraciones de parte de una fuerza política que se ha manifestado en contra del gobierno por su política antiterrorista, por la política del agua, en contra de una asignatura cívica, en contra del derecho de los homosexuales a contraer matrimonio, contra la reforma del estatuto catalán, en contra del aborto… Vamos, que han hecho un uso amplio de su derecho, acompañados por personas y grupos de ellas que proferían todo tipo de insultos contra el Gobierno de todos los españoles, que lo es porque ha ganado unas elecciones, que seguro ellos no compartían.

En cualquier caso, seguidamente a la celebración de esas manifestaciones pedían al gobierno, a las instituciones, que escucharan «el clamor popular», y nunca mejor dicho…

Hace pocos días las asociaciones de memoria histórica, apoyadas por la izquierda española, se manifiestaron para mostrar su apoyo al juez que les abrió la esperanza de recuperar los trocitos de memoria que alguien les arrebató y tiró a una cuneta… Trozitos que componen el puzzle de la historia de España, que es de todos.

Bueno, esa manifestación es intolerable, antidemocrática, pone en riesgo el sistema de división de poderes (eso sí, que la misma fuerza política acuse a la policía, a fiscales, al ministerio del Interior, de escuchas ilegales, de caza de brujas, de fabricar pruebas.. eso es bromita), y el propio sistema de convivencia en España.

Lo mejor es que lo dicen, y se quedan tan anchos.. y tan anchas.

Se ve que para manifestarse, amigos míos, también hay clases. Están las «manis que molan», las de los buenos, las que hay que escuchar… y están las manis de los rojos, rompespañas, malos, malosos, que acabarán con todos nosotros. ¿O no?

¡Pues no, oigan, no.!

Apología de la irresponsabilidad…

Lo peor es que no le de vergüenza a nadie:
1. tomarse con esta ligereza absoluta el drama del contagio del SIDA en África
2. calificar a la población africana de no ser capaz de entender instrucciones, como si se tratara de… en fin, no quiero seguir con la frase…
3. poner en duda la fiabilidad del medio para evitar el contagio recomendado por los profesionales (en su sano juicio), habida cuenta de que la vía sexual no es la única vía de contagio, y según sus teorías quien se contagie ha de estar condenado a no mantener relaciones sexuales nunca más, y disfrazarlo de «consejo profesional»!!!!
4. etc

Me parece, sencillamente, INDIGNANTE

Pañuelos

Sí, es verdad. En el post inmediantamente anterior no he mencionado el pañuelo, el hiyab, el chador. Lo he hecho a propósito. Quiero dedicarle un espacio a parte.

A priori, no estoy a favor de que las mujeres vayan cubiertas, ni las musulmanas, ni las hindúes, ni ninguna otra.Entiendo que hay mujeres emancipadas, educadas, libres, que deciden marcar su procedencia mediante este símbolo, y que su caso puede ser diferente, pero yo tengo una idea bastante concreta de lo que implica que las mujeres vayan cubiertas.

El pañuelo es un signo que trasciende lo religioso. Hablar del pañuelo implica hablar de los derechos de la mujer y de su dignidad. Ir cubierta es signo de sumisión, de obediencia, de discreción. Todos «deberes» de una mujer invisible y sin derechos.  Y no es una característica exclusiva del Islam, no. Hasta hace bien poco, las católicas asistían «con velo» a misa, y se les imponía la obligación de llevar manga larga y media tupida en cualquier estación, para guardar el decoro debido. Es, desde luego, una fórmula menos gravosa, pero todavía quedan abuelas en la España profunda que llevan un pañuelo negro a la cabeza. Muchos trajes regionales incluyen ese elemento, que hoy es meramente folclórico, pero que formó parte de la indumentaria habitual de las mujeres, y algunas órdenes religiosas imponen la «toca» a las mujeres que forman parte de ella.

Ahí ha estado, hasta hace nada, ese deber de ir cubierta, recordando y señalando una postura diferente de la mujer en la sociedad, conjurando los peligros y pecados que la «hembra» suscita y genera por el mero hecho de serlo, de mostrarse. Mostrando de miles formas y con algunas más visibles, ese pecado original que cometió Eva y que nos ha convertido en sospechosas y culpables históricas del mal, al menos en las 3 religiones que beben de ese origen: el cristianismo, el islam y el judaísmo, y que deriva en prácticas deleznables como la ablación o las lapidaciones, que tienen su origen, simplificadamente, en la consideración de la mujer como un ser inferior, sin derechos: un objeto.

Las niñas no pueden ir a clase cubiertas, ni pueden dejar de hacer gimnasia, del mismo modo que no cabe objetar a educación para la ciudadanía, ni a biología ni a historia, por poner algunos ejemplos. No podemos aceptar como símbolos culturales aquellos que «marcan» o discriminan a un género por el mero hecho de serlo.

¿Estaré equivocada? De momento, yo creo que no… pero el debate está servido. Y como muestra dejo un enlace para «la polémica»

Símbolos….

Hace pocos días se hizo pública una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, sobre el caso Lautsi contra Italia por la presencia obligatoria de Crucifijos en las aulas. El Tribunal Europeo nos dijo que según su criterio, lo suyo es que en las aulas europeas no se exhiban símbolos religiosos.

Sobra decir la escandalera que se armó de manera inmediata en cuanto se conoció el contenido de la sentencia. No esperábamos menos. La Iglesia reclama un «derecho» sobre la base de que estamos ante un símbolo cultural, que recuerda nuestra historia y a nadie ofende. Yo me considero cristiana, pero heredera también de una riqueza cultural que como europea y española me es propia y que tiene su raíz en el Islam, que estuvo presente y formó parte de la historia de España y Portugal, durante 8 siglos. A mí no me ofende el crucifijo, pero existen minorías a las que sí les puede ofender, o que sin ofenderles reclamarían el mismo derecho para otros símbolos religiosos que sí que sean los suyos; un budha, una media luna…  Estamos llegando a un punto en el que os estamos todos, o no está ninguno. No quiero imaginar las reacciones iracundas de quienes excomulgan, amenazan con el infierno, niegan la comunión, etc, etc. si se les comunicara la colocación de alguno de esos símbolos religiosos en las aulas.

Me explico. En mi opinión el estado, las instituciones todas que en el caso español han de comprender a las comunidades autónomas, que en virtud de l traspaso de competencias hoy gestionan una parte muy importante de las políticas y las acciones con las que los ciudadanos tropezamos todos los días, deben asegurar la netrualidad sobre la base de la cual nadie se sienta ofendido, ni la mayoría ni las minorías. Defiendo el modelo francés, en el que ningún tipo de simbología religiosa está permitida en el ámbito público.

Es decir todas las personas que formen parte de ese ámbito público (profesorado, personal médico y sanitario, ejército y cuerpos y fuerzas de seguridad , funcionariado al uso, cuerpo diplomático, judicatura) así como los espacios en los que desarrollen sus tareas deberían estar totalmente desprovistos de cualquier tipo de símbolo religioso: ni cruces, ni quipas,  ni turbantes… Nada. Lo mismo habría de aplicarse a aquellos que representan a ciudadanos en el ámbito público: concejales, abogados, procuradores, etc.

Cada cual en su casa, o en el ejercicio de sus actividades, las que no interfieran en la esfera pública es libre, totalmente libre, para profesar el credo que le parezca mejor, y vestirse de acuerdo con ese credo.

Soy perfectamente consciente de que, en primer lugar, habrá quien me tache de radical, pero estoy abierta a intercambiar ideas, y a debatir. Reconozco que en esta, como en otras tantas cosas,  puedo estar equivocada.

Sé también que esta no es la situación actual en España. Los cargos públicos de mi gobierno, por ejemplo, han prometido o jurado sus cargos ante una cruz. Ni el Ministerio de Educación tiene de momento planeado retirar de manera generalizada las cruces de las aulas. Tengo la esperanza que la reforma de la ley de Libertad Religiosa que ahora se empieza a discutir contemple estos temas. Me gustaría que la derecha española, que tanto gusta de mirar a Sarkozy, estuviera a la altura de las circunstancias y estudiase bien ese modelo, y los debates sociales que existen desde hace años en el país galo.

Por suerte o por desgracia en España el debate empieza a producirse ahora, y tenemos otras experiencias europeas sobre las que aprender qué cosas derivan en errores.

¿Es esto una postura radicalmente laicista? Puede, yo la llamo de NEUTRALIDAD de la cosa pública hacia una sociedad que cada vez es más mixta, menos homogénea, y más mestiza.  Responder y servir a esa sociedad, de la manera más adecuada posible, es un deber principal de quien gestiona lo público.

La neutralidad… no debería herir a nadie. Pero estoy segura de que las reacciones de los colectivos ligados a la Iglesia Católica, liderados por ésta se rasgarían las vestiduras… y la vez, tal vez, condenen a turbante sin reparos, sin darse cuenta de que símbolos lo son los de todas las religiones, y las mayorías religiosas, ya no son lo que eran.

Turquía… as usual

Hola!
Vuelvo, para dejaros un artículo para la reflexión. Hoy, casualidades de la vida, compartí almuerzo con su autor José Ignacio Torreblanca. Muy simpático, y su lectura, muy recomendable.

Al margen de esta coincidencia, os dejo el artículo porque ya sabéis… el asunto de la candidatura de Turquía a la UE siempre me ha despertado interés. Esta vez no iba a ser una excepción. ¿No es muy triste que Tuquía haya perdido la fe en la UE?

En inglés se utiliza la expresión «sentir frío en los pies» (cold feet) para describir aquellas situaciones en las que nos invaden las dudas justo en el último minuto. Para los anglosajones, es la comezón que asalta a los actores antes de salir al escenario o a algunas parejas antes de pronunciar el «sí, quiero». Para los castizos, viene a ser la suerte taurina llamada espantá o, más técnicamente, «precipitarse hacia el burladero como alma que lleva el diablo».

Es también lo que le pasa a la UE con Turquía. Sesenta años después de que Turquía se convirtiera en miembro fundador del Consejo de Europa, todavía discutimos su europeidad. En 1963, en 1987, en 1999 y en 2005, es decir, en todas y cada una de las ocasiones que la UE ha tenido que manifestarse al respecto, ha confirmado que Turquía es elegible para ser miembro. Es más, la decisión de abrir las negociaciones de adhesión se tomó por unanimidad de los 25 asistentes al Consejo Europeo de diciembre de 2004 y fue refrendada por 407 votos a favor (y 202 en contra) en el Parlamento Europeo. Y sin embargo, como señala el reciente informe de la Comisión Independiente sobre Turquía, de la cual forman parte Martti Ahtisaari, Emma Bonino, Anthony Giddens, Michel Rocard y el español Marcelino Oreja, desde que comenzaran las negociaciones de adhesión en 2005, la UE y Turquía se han encerrado en un círculo vicioso de sospecha y desconfianza mutua.

Por un lado, la UE ha entrado en una aguda fase de introspección y dudas acerca de sí misma. Erróneamente, ha achacado todos los males relativos al fallido proceso de elaboración y ratificación de la Constitución Europea a los procesos de ampliación a los nuevos miembros de Europa central y oriental, prefiriendo concentrarse (en realidad, consolarse) con lo que algunos han denominado «una fase de consolidación». Pero detrás de esta retórica se esconde una realidad mucho más incómoda: que la llegada al poder de Nicolas Sarkozy y Angela Merkel en Francia y Alemania ha supuesto un giro de 180 grados en la política europea hacia Turquía. Frente a la posición de sus predecesores (Chirac y Schröder), ambos líderes han dejado claro en numerosas ocasiones su oposición a la adhesión de Turquía, prefiriendo en su lugar ofrecer a Ankara una «relación privilegiada». Pies fríos a este lado.

Por otro lado, en Turquía, la vocación europea flaquea como consecuencia de los continuos desplantes y desprecios de Bruselas. Contra todo pronóstico, los islamistas moderados de Erdogan adoptaron en un breve periodo de tiempo hasta 10 reformas constitucionales que buscaban alinear la Constitución turca con los requerimientos de la UE. Pero ante la falta de avance del proceso de negociación con la UE (en cuatro años sólo se ha cerrado un capítulo de los 35 de los que consta la negociación), la parte turca también ha perdido la fe en la UE. El resultado es sumamente preocupante: al comienzo, los islamistas moderados pensaron que la adhesión a la UE les ayudaría a consolidar su poder frente al Ejército y los partidos laicos. Hoy, sin embargo, los islamistas están consolidando su poder y buscando su institucionalización mediante métodos más ortodoxos (el control de los aparatos del Estado, el hostigamiento a los medios de comunicación críticos y la afirmación de los valores religiosos frente a las libertades públicas). Pies fríos también por allí, donde, según las encuestas, sólo el 30% de los turcos se siente europeo.

El resultado es que Turquía y la UE, en lugar de converger, se están alejando progresivamente debido a este círculo vicioso en el que la falta de incentivos debilita las reformas, lo que a su vez aleja a Turquía de la UE, y así sucesivamente. Se trata, en definitiva, de una profecía autocumplida: en 2004, un 73% de los turcos quería la adhesión; hoy sólo la apoya un 47%. Pero, reveladoramente, dos de cada tres turcos piensan que su país no logrará nunca ser miembro. Y a este lado, las cosas no tienen mejor aspecto, pues los europeos están mayoritariamente en contra de la adhesión, a razón de dos de cada tres en contra y sólo uno de cada tres a favor.

Que nadie cree que las negociaciones vayan a llegar a buen puerto es un secreto a voces en Bruselas. Y si nadie tira la toalla y rompe la baraja es porque ambas partes esperan que sea el contrario el que lo haga primero para así no tener que asumir los costes de haberse vuelto atrás. La adhesión de Turquía era un proyecto de la élite europea y de una minoría cosmopolita, pero la élite se ha echado atrás. Recomponer las relaciones después de semejante espantá será muy difícil.

ANTE MANIFESTACIÓN CONTRA LA LEY DE INTERRUPCIÓN VOLUNTARIA DEL EMBARAZO

ANTE MANIFESTACIÓN DE MAÑANA CONTRA LA LEY DE INTERRUPCIÓN VOLUNTARIA DEL EMBARAZO, tengo algo que decir…:

1. Desde el punto de vista ciudadano, respeto absoluto hacia los manifestantes. Estamos en una democracia y cada uno puede manifestarse por lo que quiera.

2. Desde el punto de vista político, sí cabe destacar la hipocresía del PP, que anima a sus militantes y votantes a acudir a esta manifestación contra el aborto, cuando tuvo 8 años para poder derogar la Ley que lo regula y no lo hizo.

3. Por cierto, nadie se manifestó en esos 8 años ni vio en peligro el derecho a la vida que dicen defender hoy. Y la Ley existía.

4. La nueva norma legal que el Gobierno ha llevado al Parlamento y contra la que se convoca esta manifestación es una ley similar a la que existe en los países europeos de nuestro entorno.

Es una Ley de Salud reproductiva que lo que pretende fundamentalmente es prevenir embarazos no deseados para evitar abortos. Y aumentar las garantías sanitarias y jurídicas de las mujeres y de los profesionales, cuando se afronta la decisión de abortar en los casos legalmente previstos.

¡Una de Gürtel!

Después de escucharle ayer a Mariano eso de que ante la trama «Gürtel» era necesario un «cierto sentido de la indiferencia», que ya tiene que ser grande el cierto sentido para sentir indiferencia por 17.000 folios (que sólo son un tercio del total), que ponen patas arriba a destacadas figuras del Partido Popular, esta mañana abro el periódico y me encuentro con esta viñeta… Con el permiso de Vergara os le dejo, para alegrar la pestaña.

Ya se sabe quién tiene la culpa de todo… ¡No podía ser de otra manera!

gurtel