Manifestémonos, o no.

El derecho de manifestación es uno de los derechos fundamentales que contempla la Constitución Española.

Cuando pensemos ejercer nuestro derecho a la manifestación debemos comunicárselo a la Subdelegación de Gobierno con una antelación  mínima de 10 días naturales y máxima de 30 (se reduce a 24 horas si existen causas extraordinarias y graves) y hay que comunicar:
– identificación y firma de los convocantes
– recorrido, lugar, fecha y hora
– afluencia y duración prevista
– existencia de medidas de seguridad propias de los manifestantes o solicitud de algunas a la Administración (corte de ciertas calles, escolta policial, etc…)

Las manifestaciones se ligan históricamente al movimiento obrero y a sus reivindicaciones por la mejora de sus condiciones laborales, pero es un fenómeno que ha ido extendiéndose por el arco ideológico de una manera muy ágil.

En España uno puede manifestarse por la causa que le plazca. No existen limitaciones en cuanto a la temática. Puede haberlas por otras causas, pero no es frecuente.

Esta semana asisto atónita a una serie de declaraciones de parte de una fuerza política que se ha manifestado en contra del gobierno por su política antiterrorista, por la política del agua, en contra de una asignatura cívica, en contra del derecho de los homosexuales a contraer matrimonio, contra la reforma del estatuto catalán, en contra del aborto… Vamos, que han hecho un uso amplio de su derecho, acompañados por personas y grupos de ellas que proferían todo tipo de insultos contra el Gobierno de todos los españoles, que lo es porque ha ganado unas elecciones, que seguro ellos no compartían.

En cualquier caso, seguidamente a la celebración de esas manifestaciones pedían al gobierno, a las instituciones, que escucharan «el clamor popular», y nunca mejor dicho…

Hace pocos días las asociaciones de memoria histórica, apoyadas por la izquierda española, se manifiestaron para mostrar su apoyo al juez que les abrió la esperanza de recuperar los trocitos de memoria que alguien les arrebató y tiró a una cuneta… Trozitos que componen el puzzle de la historia de España, que es de todos.

Bueno, esa manifestación es intolerable, antidemocrática, pone en riesgo el sistema de división de poderes (eso sí, que la misma fuerza política acuse a la policía, a fiscales, al ministerio del Interior, de escuchas ilegales, de caza de brujas, de fabricar pruebas.. eso es bromita), y el propio sistema de convivencia en España.

Lo mejor es que lo dicen, y se quedan tan anchos.. y tan anchas.

Se ve que para manifestarse, amigos míos, también hay clases. Están las «manis que molan», las de los buenos, las que hay que escuchar… y están las manis de los rojos, rompespañas, malos, malosos, que acabarán con todos nosotros. ¿O no?

¡Pues no, oigan, no.!

Bollos de mi abuela

Prometí en mi post sobre las roscas de sarten,  aquí está la receta de los bollos (espectaculares) de mi abuela.

No parece lógico ponerese a hacer bollos cuando la «operación bikini» está en ciernes… Pero leí algo de la «baking therapy», y eso tiene que ser bueno 🙂

Ingredientes:

340 gr. de mantequilla

4 yemas de huevo

200 gr. de azúcar glas

600 gr. de harina (tamizada)

una pizca de sal

Se mezcla la mantequilla a temperatura ambiente con el azúcar glas y la pizca de sal.  Se añaden, de un en una, las yemas de huevo.

Se añade la harina tamizada y se mezcla todo con movimientos envolventes, evitando amasar en lo posible.

Se envuelve lo amasado en papel vegetal y se deja reposar la masa durante un hora en la nevera.

Se extiende la masa y se corta, para hornearlas durante 10 ó 15 minutos  a 200º.

Et voilà!

La Estrategia 2020 de la UE y la Europa 2.0 de Pau

La semana pasada mi amigo Pau presentó en sociedad su libro «Europa en los tiempos del cólera».

Fue un acto muy chulo. Como dijo Nacho Samper estábamos «los amigos de Pau». Y no éramos pocos… y no estábamos todos.

Me gustó especialmente escuchar a Pau contar el sentido de su libro, como nació la idea y se ha consolidado. Fue como un resumen de todo un año de cafés y comidas, de reflexiones que empiezan un día, van madurando semana a semana y en un plazo de tiempo…zas!, las lees en un libro… Ha sido un proceso curioso, y me ha gustado vivirlo de cerca (gracias pau!).

El caso es que desde hace semanas se discute la Estrategia Europa 2020. Esta estrategia quiere ser el instrumento para que Europa no sólo salga de la crisis, si no que lo haga reforzada y en condiciones más robustas de las que tenía antes de 2008.

Estamos en el año 2010, y comprobamos con resignación y sin sorpresa que Europa no se ha convertido en la economía más competitiva del mundo, basada en el conocimiento y la investigación y garantizando la cohesión social y la sostenibilidad. La famosa Estrategia de Lisboa no ha logrado sus objetivos, y encima nos vemos en el medio de la tempestad -en forma de crisis económica y financiera- más severa de los últimos setenta años. Casi nada…

Conscientes de que Lisboa fue un fracaso, evaluados y detectados los factores que la han hecho fracasar y conscientes de la necesidad imperiosa, urgente y acuciante de diseñar y planear la salida de una crisis que no vimos venir, se propone la Estrategia 2020 como respuesta. Europa quiere:

  • crecer de manera inteligente y desarrollar una economía basada en el conocimiento y la innovación
  • crecer de manera sostenible y promocionar una economía que haga un uso más eficaz de los recursos. Que sea capaz de ser «más verde» y «más competitiva».
  • crecer de manera integradora, fomentando un crecimiento económico capaz de crear empleo y capaz de cohesionar en lo social y en lo territorial.

Los objetivos que se marca la UE para 2020, con esa filofía de fondo son:

  1. Pleno empleo en la franja de edad de entre 20 y 64 años
  2. Inversión del 3% del PIB en I+D+i
  3. Objetivo ambiental de reducir un 20% las emisiones de CO2, aumentar en un 20% el consumo de energías renovables para el año 2020.
  4. Situar el porcentaje de abandono escolar por debajo del 10%
  5. Disminuir en 20 millones las personas en riesgo de pobreza

No son ideas muy distintas de las de la estrategia de Lisboa. Conjurar el fracaso ha de venir de pensar un método para ponerlas en marcha que resulte efectivo. En el documento se propone traducirlo en objetivos y trayectorias nacionales… Pero es aquí donde quiero enlazar con la tercera parte del libro de Pau, que es seguramente la más interesante. La parte en la que habla de cómo debería hacer las cosas Europa, o quienes la lideran y la gestionan, para que tenga más éxito.

Pau propone «una gran conversación» entre quienes gestionan Europa y los europeos. Y esa conversación, hoy por hoy, sólo puede hacerse a través de las redes sociales, que, además, se han revelado como instrumentos revolucionarios, y no ya de futuro, si no de presente, sin los que es impensable imaginar conversaciones e interactuaciones como las que serían necesarias para respaldar cualquier iniciativa europea que busque y persiga el éxito.

La Estrategia 2020 necesita, creo yo, de esa gran conversación… Y ésta no viene contemplada de ninguna manera en el documento de la Comisión… Tienen que comprarse YA el libro de Pau… ¿no crees?