Hoy, el Secretario de Estado para Iberoamérica en directo a partir de las 17h

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Hoy hace 20 años de la liberación de Mandela… AMANDA! SOWETO!!

Hoy hace 20 años de la puesta en libertad de Nelson Mandela. Hoy hace 20 años del principio del fin del Apartheid.
Aquí va un pequeño homenaje a un gran hombre, y a un gran país, lleno de futuro y pese a su cruel historia siempre lleno de alegría (y mi primera experiencia internacional)

¿En qué consiste ser francés? ¿En qué consiste ser europeo?

Anda el patio del vecino revuelto desde hace unos meses. Y la razón es que el Gobierno del hiperactivo Sarkozy ha planteado un debate, que ha pretendido ser social, para sentar la base de lo que es ser francés, o francesa, en este mundo de hoy. Una puesta al día del concepto.

Le han caído críticas de la ultraderecha (porque la derecha al fin y al cabo son ellos) y de la izquierda, tan maltrecha en el país galo desde hace tanto tiempo. Parece ser que algunos han pensado que viniendo las críticas de ambos lados la cosa no debería ser tan mala…

Yo que no le tengo especial apego a las cosas del patriotismo folclórico he seguido el debate con curiosidad. ¿Influirá en el nuevo concepto de «ser francés» que más de el 13% de la población sea de origen inmigrante, y por tanto NO aborigen del país de la baguette?

En esta página web es donde se recoge el debate, con el objetivo de animar a la participación (o eso dicen)

http://www.debatidentitenationale.fr/

Tengo mis dudas de que me dejen participar en el debate, pero yo tengo mis propias ideas al respecto. Ser francés significa estar en esa tríada tan famosa que todos estudiamos en Historia: LIBERTE, EGALITE, FRATERNITE, entendida esta última como solidaridad, gracias a las clases de Ideas Políticas de la Modernidad de la gran Amelia Valcárcel.

Sinceramente creo que lo que debería actualizarse hoy en día en el marco de unas sociedades occidentales que viven perdidas el fenómeno de la globalización, que acogen -de mejor o de peor gana- a millones de personas que proceden de entornos culturales totalmente diferentes y no siempre respetuosos con nuestros principios, que vive amenazas globales a las que no pueden dar respuestas ni siquiera regionales, lo que necesitamos es poner al día esos conceptos a la luz de la realidad que ya vivimos y a la luz de la que está por venir.

Y ese debate no deben tenerlo los franceses sólamente, debemos tenerlo los españoles, los británicos, los suecos, los griegos, etc, etc.

¿Qué significa hoy ser libre? ¿Dónde ponemos sus límites, hasta dónde puede el Estado (tome la forma que forme) recortar nuestra libertad en pos de un bien colectivo y del interés común? ¿Puede renunciarse libremente a los derechos fundamentales, cívicos y esenciales si se es ciudadano/a de nuestras comunidades?

¿Qué significa hoy ser iguales? ¿Hemos sido capaces de que las minorías puedan desarrollarse? ¿Tenemos de verdad la mitad femenina de la población las mismas oportunidades que nuestros compañeros? ¿Somos capaces de tratar de manera diferente los casos diferentes?

¿Qué significa hoy la solidaridad? ¿No la estaremos confundiendo a veces con la caridad? ¿Somos realmente capaces de conmiserarnos con quienes sufren y somos capaces de replantearnos nuestros patrones para dar respuesta a eso?

Este es un debate enorme, claro que lo es. Lo que no entiendo es que nos quedemos con la anécdota de una idea u ocurrencia del gobierno de Sarkozy. Sabemos lo que es ser europeos? Lo saben los miembros de pata negra? Lo saben los recién ingresados?

En fin. Pensemos en el tema. Mientras, recordemos aquello que cantaba Víctor Manuel… Ser asturianu nun ye dir con montera picona, nin saber char bien la sidra nin xubir a Covadonga… Así que seguramente ser francés no consista en cantar la Marsellesa una vez al año… ni ninguna cosa similar.

Europeando

Hoy ponemos en marcha EUROPEANDO, un grupo de personas que queremos impulsar durante la Presidencia Española de la UE debates sobre lo que ello significa y sobre lo que durante este semestre se va a poner encima de la mesa, desde una perspectiva crítica, desde la militancia europeista.

Desde esta plataforma, reivindicamos la necesidad de dar un nuevo impulso al proyecto europeo basado en la participación activa y crítica de los ciudadanos y ciudadanas sobre este fascinante proyecto común.

Los hombres y mujeres que participamos en Europeando apostamos decididamente por una Europa abierta, solidaria y plural en la cual te invitamos a participar.

Mucha gente se pregunta, nos preguntamos, por qué lo que se comunica sobre europa y sobre sus decisiones tiende a ocultar o dejar en un segundo plano lo positivo. afortunadamente hoy en día TOD@S podemos comunicar, a través de nuestros blogs, de nuestros perfiles en las redes sociales, de nuestro twitter. Hoy la responsabilidad es de todos, y ahora el compromiso se abre.

Va a estar bien experimentar a nuestro nivel y comprobar nuestra «temperatura europea y europeísta».

¿Te unes? 🙂

No conviene olvidar. El Euro: la historia de un éxito.

Mientras encuentro tiempo para alumbrar un post «de mi puño y letra» comparto este artículo de Foreign Policy con vosotros. Porque no conviene regodearse sólo en las cosas que no van o no acaban de salir como nos gustaría. Existen referencias de proyectos de éxito. Y en este caso, nos relacionamos con ese éxito cada día: el euro.

La creación del euro ha sido uno de los éxitos más evidentes de la Unión Europea de las últimas décadas. Además de su fuerte valor simbólico, ha supuesto uno de los pilares de la estabilidad en Europa, tanto en el periodo de expansión económica como en la reciente recesión. Países como Italia, Grecia, España o Portugal, acostumbrados a ver sus monedas sometidas a ataques especulativos en momentos de dificultades económicas, han disfrutado de un anclaje muy eficaz para evitar tasas de inflación elevadas y han tenido una mayor capacidad de financiación exterior. Esto ha permitido acomodar la fuerte expansión económica previa a la recesión de manera no inflacionaria, esencialmente porque han importado la credibilidad de la política monetaria alemana a través del Banco Central Europeo, que heredó en buena parte su filosofía.

 

La crisis económica de los dos últimos años ha supuesto un test importante para la zona euro. Muy recientemente, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, ante las preguntas sobre la posibilidad de que Grecia abandonase el euro o se rompiese la unión monetaria, señaló que no le gustaba responder a hipótesis “absurdas”. La respuesta es en parte defensiva para no crear expectativas negativas, pero la agresividad de su formulación encierra una verdad: a Grecia y a cualquier otro país endeudado que abandonase la zona euro le iría mucho peor fuera que dentro.

Aunque sus efectos sobre la estabilidad económica han sido claramente positivos, el papel del euro como moneda de peso internacional no ha llegado a ser tan importante como algunos esperaban, de manera que el dólar estadounidense sigue siendo la referencia en los mercados financieros. En un primer momento, tras su puesta en marcha, el euro tuvo un periodo de fuerte depreciación, que se vio corregida después con una significativa apreciación, como consecuencia del desequilibrio externo de la economía norteamericana. En este contexto, la posibilidad de que el euro releve al dólar como moneda predominante ha sido tema de debate recurrente. Existen consideraciones económicas y políticas que reducen las posibilidades de que el euro sustituya al dólar como moneda de referencia. Por un lado, gran parte del ahorro de los países emergentes está invertido en activos americanos, sobre todo en deuda pública. Una depreciación del dólar les supondría una pérdida de capital importante, que no están dispuestos a aceptar. Por otro, el crecimiento potencial de EE UU previsto para la próxima década es mayor que el de los países de la zona euro. La menor flexibilidad de la economía europea respecto a EE UU es parte de esta explicación, como lo es una mayor capacidad para invertir en innovación y desarrollo y, sobre todo, de aprovechar más esa inversión. El estancamiento de la población en Europa tampoco juega a favor. Así, el mayor rendimiento de las inversiones en EE UU provoca la atracción de capitales que apoyan a su moneda.

La historia demuestra que la preponderancia de una moneda no se consigue en unos pocos años, sino que es cuestión de décadas de estabilidad y crecimiento sostenido. El papel del euro en los mercados internacionales es ahora mayor que la suma de las monedas que sustituyó, pero no sería lógico que el euro sustituyese al dólar a corto o medio plazo. Tampoco tendría por qué ser un objetivo en sí mismo. Lo más probable es que en los próximos años la moneda europea vaya adquiriendo más peso, sobre todo en las regiones del mundo con las que tiene más relación. En ese escenario, la importancia relativa del euro podría ser similar a la del dólar. De momento, es suficiente con aprovechar las ventajas que en términos de estabilidad económica y de reducción de costes de transacción supone tener una moneda común que ha resistido los embates de la mayor crisis en muchas décadas.