Para quienes somos militantes de la causa europeísta se nos hace duro escuchar según qué críticas que se hacen en según qué contextos al proyecto europeo, al que hay quien incluso tacha de insolidario… y se queda tan ancho. Vociferan aquí y allá que «Eso de Europa no sirve para nada», por ejemplo.
Lo que nos cuenta el Eurobarómetro es que España no es un país euroescéptico. Afortunadamente no somos… en fin, no mencionaré ningún país para no herir susceptibilidades J. Pero lo que sí es cierto es que nuestra adhesión europeísta parece que se va diluyendo con cada eurobarómetro.
Reconozco que no todo lo que llega de las instituciones europeas son buenas noticias. Pero tampoco todo son malas… cualquier persona con capacidad crítica puede sentir una cierta “desafección” (me encanta este palabro!) ante algunas medidas poco sociales que se han tomado en los últimos años. Me vienen a la mente en modo de “flash rápido” la directiva de tiempo de trabajo –más conocida como de las 35 horas- , o la directiva de retorno. Una línea más arriba iba a calificar estas directivas de “poco populares” pero no. Todo lo contrario. Son totalmente populares, fruto de la mayoría de la que goza el Partido POPULAR Europeo en el PE, la COM y los gobiernos de los 27 EEMM. No podemos pretender que la derecha, siendo mayoría en Europa, vaya a adoptar un programa “social”. Con todos los matices del mundo, sí, pero es lo que hay…
Siendo esto cierto, no lo es menos que de un tiempo a esta parte predomina el enfoque negativo sobre el positivo cuando se habla de Europa, cuando se informa sobre Europa.
Un ejemplo: la recepción de fondos europeos, que ha sido cuantiosa durante años y que sólo acapara noticias cuando sufren algún tipo de recorte y nunca para poner de relieve la aportación en el progreso espectacular de España en el contexto europeo. Otro ejemplo nos lo brinda la reciente detención de J María Olano, etarra. El tipo este que declara, sin sonrojo ni remordimiento por supuesto, que compró un bonito misil en el mercado negro del este de Europa a finales de los 90, que lo paseó por Euskadi cambiándolo de sitio, guardándolo aquí y allá, incluida alguna dependencia pública, como si de un cesto de manzanas se tratara, y que falló el aparatejo (ya se sabe lo que pasa con el mercado negro… no te devuelven el dinero) en sus 3 intentos por derribar el avión en el que viajaba el entonces Presidente Aznar.
El Sr. J María Olano fue detenido en la última operación policial contra ETA, que se desarrolló en Portugal, donde ETA tenía previsto establecer una especie de centro logístico. Olano será trasladado a España en el próximo mes para ser puesto a disposición de la Justicia española. ¿Es esto una dádiva de nuestros simpáticos y queridos vecinos portugueses? No, no es una dádiva, y sí, son simpáticos y queridos los vecinos…
Esta extradición en modo “turbo” es posible gracias a una herramienta europea, una de esas decisiones que se toman en esas reuniones que tiene esa gente de Bruselas, que se celebran en las Presidencias rotatorias, en un sitio distinto cada 6 meses (me revienta la demagogia sobre el gasto en reuniones con motivo de una Presidencia Europea, o una conferencia internacional… la gente que participa en esas reuniones viaja para trabajar…!!!)
Esa herramienta es la EUROORDEN. La euroorden es una resolución judicial dictado en un estado miembro de la UE con vistas a la detención y entrega por parte de otro estado miembro de una persona a la que se reclama para el ejercicio de acciones penales o para la ejecución de una pena privativa de libertad.
La aprobó el Pleno del Parlamento Europeo el 29 de noviembre de2002. Ese mismo día se aprobó también la definición común a todos la UE del delito de terrorismo.
La euroorden sirve para facilitar extradiciones, para hacerlas enormemente más ágiles y se aplica para 32 delitos.
¿Nos sirve de algo Europa?
Tomen como muestra, señores, el botón de la Euroorden. Al que no le debe de “molar” nada en absoluto es a J María Olano…