Y el país que no existía se partió en dos…

a href=»http://1.bp.blogspot.com/_vSQoZPLeVy0/Rn-0VqFdG5I/AAAAAAAAAAc/6BC5qWi3eSc/s1600-h/IMG_0184.jpg»img style=»float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;» src=»http://1.bp.blogspot.com/_vSQoZPLeVy0/Rn-0VqFdG5I/AAAAAAAAAAc/6BC5qWi3eSc/s200/IMG_0184.jpg» border=»0″ alt=»»id=»BLOGGER_PHOTO_ID_5079977188864629650″ //abr /La historia de Palestina, o mejor dicho, del pueblo palestino es una historia triste. Es una historia que remueve la conciencia de cualquiera que tenga inquietudes sociales, y a quien le llame un poco, y aunque sea en abstracto, la lucha contra las injusticias. Es una de esas causas a la que se apuntan propios y extraños. Es un mosaico de pequeñas tragedias personales, de varias generaciones que no acaban de tener tierra a la que llamar suya, pero que luchan por mantener su dignidad y su identidad. Es la historia de la radicalización de un sueño.br /br /Los millones de desplazados y de refugiados que Palestina ha generado y que se hacinan, literalmente en Líbano o Jordania han dado a luz a una generación que nunca ha estado y que no tiene esperanza de regresar a esa patria perdida de la que sólo han oido hablar. Es esa generación, la que no tiene más horizonte que los campos de refugiados, la miseria y la frustración, la que protagoniza la primera guerra civil de un país, de un estado que aún no existe. Yo tuve la oportunidad de verlo en el campo de refugiados de Shatila, a 10 minutos del centro de Beirut. De ahí es la foto que veis.br /br /El divorcio irreconciliable entre Fatah y Hamas, entre Abbas y Haniya es el último episodio de esa larga historia de desencuentros, de errores, de ensayos hechos por cabezas pensantes que vislumbran soluciones «brillantes» a miles de kilómetros. Salió por la culata el tiro del “divide y vencerás”, como en tantos otros lugares del planeta. No es fácil olvidar que hubo quien alimentó el monstruo que se llama Hamas, que alienta el terrorismo y la lucha armada para erradicar el estado de Israel, como manera de contrarrestar el poder cuasi-único de Fatah y de Arafat en los territorios palestinos. Y de hecho, la población palestina, hija de la frustración, del desencanto de tantos y tantos planes de paz, hija del desplazamiento y por tanto de la miseria, se echó en los brazos de Hamas, porque en Palestina, no tienen ya nada que perder, y Hamas ha representado el todo o nada que mucha gente estaba esperando, desencantados también de un partido como Fatah sobre el que tantas veces ha planeado la sombra de la corrupción.br /br /Yo siempre he pensado que el imprevisto triunfo de Hamas cogió al mundo con el pie cambiado. Pero también creo que desde fuera no podemos juzgar tan a la ligera la opción mayoritaria de los palestinos, ni se puede tratar de corregir o de cambiar esa opción a golpe de restricciones que paga la población civil. Tengo la suerte de conocer a militantes y a dirigentes de las juventudes de Fatah, y estoy convencida de que bajo su gobierno, el modelo de estado palestino que podría instaurarse iniciaría una revolución en la forma de entender la democracia desde los países de mayoría musulmana. Podría ser el comienzo, por qué no, de la ilustración del islam que tanta gente considera necesaria, y yo me cuento entre ellos.br /br /Gaza es de Hamas, y Cisjornadia es de Fatah. Para Cisjordania se ha acabado el embargo económico, para Gaza, las condiciones se van a endurecer. No estoy segura de hasta qué punto va a fortalecer al Presidente Abbas, encerrado en Cisjordania, el apoyo explícito de la UE, y menos aún el de EEUU e Israel, y no se generará un efecto boomerang, de manera que en la embargada y cercada Gaza el apoyo a Hamas se radicalice todavía más y se contagie. El extremismo, el radicalismo de ese tipo necesita muy poco para inflamarse y explotar.br /br /La situación de Palestina siempre ha sido compleja. Llevo varios años frecuentando el mundo internacional y contra todo pronóstico, la situación para los palestinos siempre empeora, aunque muchas veces ha parecido que era imposible que el fondo estuviera más abajo: la segunda Intifada, el muro, la Hoja de Ruta, Oslo, Ginebra, la muerte de un Arafat confinado en su propio palacio de la Presidencia, la victoria de Hamas… Todo un rosario de altibajos que nunca ha dado señales de mejora. Y ahora la guerra civil, que supone en la práctica la división en dos de un pueblo que simplemente luchaba por sobrevivir, pese a la inestabilidad, la corrupción, la miseria y pese a ser uno de los focos de atención del mundo.br /br /En el fondo me gustaría saber a quién beneficia todo esto que está pasando. Lo único cierto es que a los palestinos, que a Oriente Medio y su gente no.br /br /Mención a parte merecería hablar del Líbano, de Siria y de Jordania… Pero si os parece eso lo dejamos para otra ocasión…

Yo prometo…

a href=»http://2.bp.blogspot.com/_vSQoZPLeVy0/RnVdtaFdG4I/AAAAAAAAAAU/krcTUoVr6II/s1600-h/mesaedad.jpg»img style=»float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;» src=»http://2.bp.blogspot.com/_vSQoZPLeVy0/RnVdtaFdG4I/AAAAAAAAAAU/krcTUoVr6II/s200/mesaedad.jpg» border=»0″ alt=»»id=»BLOGGER_PHOTO_ID_5077067189607799682″ //abr /Ayer fueron las tomas de posesión de las nuevas corporaciones que salieron de las urnas el 27 de mayo. Un día emocionante, para quienes lo vivimos, claro. Para los ciudadanos no deja de ser un trámite con una cierta pompa a través del cual le ponen cara, nueva en unos casos, la misma en otros, a quienes se van a responsabilizar del gobierno de su ciudad o de su pueblo. El señor o la señora que se hace con el bastón de mando es el responsable último de hacer que mejore la vida de las personas que viven en su ciudad, en su pueblo. Es un compromiso grande.br /br /Para mí fue emocionante. Yo, la concejala más joven de la corporación de Oviedo, formé parte de la mesa de edad, que presidió el pleno constitutivo, y lo hice junto con Gabino de Lorenzo. Es una cosa esta que creo que he vivido por primera y última vez. No estuvo mal verlo todo desde esa posición privilegiada. No estuvo mal empezar a tomar conciencia de verdad, real y con cuerpo, de la responsabilidad que asumimos. Bien es verdad que me hubiera gustado más darle el Bastón de Mando a Paloma, pero… los ovetenses decidieron que de momento no, se quedan con Gabino.br /br /Será una legislatura difícil. Ya se nos avisó del «conmigo o contra Oviedo». Sin rubor. Pero yo también sé que esas cosas se superan con trabajo, con compromiso, con inteligencia. Y sé que lo vamos a hacer bien.br /br /Para mí siginificó muchas cosas. Es increíble todo lo que pasa por la cabeza de uno en un momento así. Y las que esperas que empiecen a pasar, y cómo serán. Estableces un compromiso con tu ciudad, y con quienes te votaron, pero también con quienes no lo hicieron, con quienes no piensan como tú, porque a partir de ayer estás a su completo servicio. Son votos, en el sentido menos electoral del término, que te unen a tu ciudad, es un compromiso profundo y un reto tan difícil como apasionante.br /br /Prometes por tu conciencia y por tu honor -aunque hay quienes repitieron esa fórmula desde filas distintas a las que lo hicieron otras veces, y sabemos que no los tienen, porque son unos sinvergüenzas y unos vendidos- cumplir con tus obligaciones. Y esa promesa la renuevo aquí, por qué no. Las promesas también sirven en el mundo virtual.br /br /Cuento con vosotros!

A las 0.00 horas del día 6…

Hoy es un día triste, un poco menos, claro, de lo que fue el 30 de diciembre. Formalmente el Alto Fuego Permanente ha dejado de estar en vigor. Hace ya tiempo que las conversaciones, el diálogo que es, como todo el mundo sabe o debería saber, el secreto del éxito, la llave de la solución, dejaron de tener lugar, y para mucha gente se apagó la esperanza. Hoy es el día en el que la mirada al futuro, la voz de la razón se tiñen de tristeza. Hoy es el día en el que todos deberíamos llorar juntos por haber perdido otra oportunidad. Hoy es el día en el que todos deberíamos llorar juntos por esto que fue y lo que pudo haber sido. Y hoy deberíamos estar tristes, muy tristes, pero tener la conciencia verdaderamente tranquila porque hicimos todo lo que pudimos para que esto saliera bien, conscientes pese a todo de que era muy difícil.br /br /Pero habrá quien diga que hay muchos que no pueden tener la conciencia tranquila, porque no sólo no hicieron lo que debían, si no que pusieron piedras en el camino, palos en las ruedas y, en fin, todo lo que estuvo en su mano, para que este reto colectivo que se llama paz no saliera bien.br /br /Habrá quien critique el doble rasero, y pregunte a cara de perro una vez más la razón por la que lo que valía en el 99 no valía ahora, por qué los procesos de paz de unos si valían, eran valientes, estaban dispuestos a ser generosos, hacían todo lo que estaba en su mano sin ahorrar esfuerzos, y por qué los procesos de paz de otros no valen, son traiciones al dolor de las víctimas, y entrega del estado de derecho, porque ahora se llaman cesiones y antes era generosidad… ¿Por qué? ¿Por qué antes del 2000 sí se podía intentar la paz, y negociar y después del 2004 no?br /br /Habrá quien abiertamente acuse de traición a quienes han querido provocar el fracaso de un proceso de paz para usarlo en propio beneficio, y ni siquiera se ponen colorados. No tienen instalado ese programa en el disco duro…br /br /Habrá quienes se sientan terriblemente decepcionados porque la unión de quienes defienden sólo la vía democrática para defender sus ideas, sí, lo que comúnmente se llaman partidos democráticos, no afrontan con unidad este nuevo mal trago, que no por conocido deja de ser doloroso. Habrá quienes se den cuenta de que la unidad no es posible cuando la condición para que el único que falta se una sea «o lo hacemos como yo digo, aunque yo no sea quien toma las decisiones, o no juego». Falta sentido de estado, altura de miras, conciencia colectiva y del interés general. Habrá quien diga que falta todo eso y mucho más.br /br /Y yo entiendo que haya quien lo diga. Son días duros. Despedir el atisbo de esperanza es difícil, y muchos y muchas pueden buscar culpables de la situación. Pero yo hoy, desde la tristeza, creo que no toca hacer eso.br /br /Hoy digo que me parece tremendamente ético y digno de los mayores respetos estar dispuesto a perder unas elecciones habiendo hecho lo correcto, lo que había que hacer, habiendo hecho todos los esfuerzos. Mi admiración por esto a mi Presidente. Y mi certeza de que la gente sabrá valorar esos esfuerzos.br /br /Y mi apuesta de futuro, que empieza ya, ahora, aquí. Es posible. Se puede. Llegará y se irá la tristeza y la desesperanza. Volverá la razón, el diálogo. Yo sé que se puede. El futuro es nuestro.

La Energía de Europa

Últimamente, nos vemos sacudidos por la “impepinable” realidad del cambio climático y del calentamiento global. Nos alarma ver por televisión los desprendimientos de los glaciares polares, ver árboles en flor en Alemania en pleno mes de enero, o gente tomando el sol en la Playa de San Lorenzo de Gijón en pleno mes de noviembre. No es para menos. Pero las alarmas ya venían sonando desde hace tiempo.br /br /Ahora ya sí, parece una tarea más que inevitable revisar nuestras formas de actuar, nuestros comportamientos cotidianos para intentar no solucionar, porque ahora ya no es tiempo de eso, si no intentar suavizar este caída libre por el precipicio climático en la que nos encontramos. Es hora de examinar y evaluar el estado de la cuestión.br /br /Es realmente necesaria una revolución energética, como dice la Comisión Europea, y la Unión está dispuesta a empezarla por su propia casa. Pero esa tarea empieza, ha de empezar también por abajo, por los ciudadanos, que están, estamos, francamente perdidos en estos temas. Un ejemplo clarificador lo arrojan los datos del último eurobarómetro. Cuando se pregunta a los ciudadanos europeos por el principal culpable de las emisiones que causan todos estos males ante los que ahora quedamos boquiabiertos, señalan a la industria. No nos damos cuenta de que somos nosotros mismos, es decir el transporte, el sector que más contamina. Queda, pues mucho por hacer. Esperemos que nos de tiempo.br /br /Pero esa revolución energética que pretende Europa no está ligada sólo a una voluntad de ayudar a salvar el planeta. No nos engañemos. La política energética tiene un impacto muy grande en el crecimiento económico de los estados y también de la UE. Recuerdo que en el año 2000 Felipe González apuntaba en una charla sobre retos globales, ante unos cuantos miles de jóvenes socialistas que celebrábamos nuestro Festival Mundial en Grecia, que la energía estaba llamada a jugar un papel clave en la política internacional y económica mundial a medio plazo. Aquí está ya nuestro medio plazo.br /br /Está bastante claro que la UE no es autosuficiente en términos energéticos. Y la realidad es que la energía está en la base de nuestro sistema que llamamos estado del bienestar, es el corazón de nuestro crecimiento y nuestro desarrollo. Nuestra vida, tal y como la concebimos, sería sencillamente imposible sin energía. Cuando falta, vemos claramente el colapso que se genera y que podemos comparar perfectamente con un desastre natural o un conflicto… Esa dependencia energética de la UE con respecto a otras regiones del mundo tiene como consecuencia que las tensiones políticas, o el uso de la energía para crear tensiones políticas, con Gazprom como verdadera arma arrojadiza o amenaza permanente desestabilizadora, puede causar un desabastecimiento, que afecte a los ciudadanos, a la industria, a países enteros en todos y cada uno de sus sectores de actividad y desarrollo de la vida cotidiana. Cuando encendemos la luz o nos hacemos un café, no somos conscientes de en qué medida dependemos de otros para tan fáciles y habituales actividades. br /br /Si no se toman medidas pronto, la dependencia energética de la UE con respecto a otras regiones ascenderá del 50% en al año 2000 al 70% en 2030. Casi nada….br /br /Por eso es absolutamente necesario tomarse el debate del futuro de la energía muy en serio, y no desdeñar el lado de interés económico que esa “Revolución Energética” conlleva. No es un asunto que preocupe o haya de preocupar sólo a gobiernos y a colectivos ecologistas. Es una cuestión que afecta de manera absoluta a la configuración del espacio público que compartimos y que hoy llamamos Unión Europea. Por eso todos debemos ser conscientes de lo importante que es que la Unión defina en común sus necesidades y sus estrategias de cara al futuro inmediato, y ponga toda su maquinaria a funcionar para asegurar ese futuro. La estrategia política común que parece que hoy existe, con los matices propios de la UE, debe dirigirse a lograr una estrategia para lograr una política energética equilibrada y limpia. Parece que el marco internacional con Irán, Irak. Bolivia, Rusia, Ucrania, Bielorrusia etc.… sobre la mesa, ha empujado a Europa a poner el tema energético encima de la mesa como una auténtica prioridad.br /br /La UE necesita renovar su concepto: la energía va a pasar a ser uno de los elementos que configurarán y determinarán las relaciones internacionales. No estamos hablando sólo de un mercado. Debemos ser conscientes de que esto tiene que ser una parte fundamental de la política exterior común de la Unión Europea, y de su política de vecindad. Esos dos instrumentos tienen que usarse para asegurar paz y estabilidad en el este de Europa, el Caucaso, Oriente Medio y el Mediterráneo, lo cual tiene importantes consecuencias sobre el mercado de la energía. br /br /El ahorro de energía debe convertirse en un patrón normal de comportamiento en el que los ciudadanos, y las ciudadanas europeas deben ser protagonistas. Y nuestras instituciones tienen que ayudarnos. Pero está claro que no es suficiente sólo con eso. El intensificar las líneas de investigación en nuevas y alternativas fuentes de energía debe ser una prioridad. El VII Programa Marco de Investigación de la UE ya establece estas líneas como prioritarias, y lo respalda con un presupuesto generoso. Este esfuerzo debe combinarse con los esfuerzos de los propios países. br /br /Necesitamos una revolución energética que se base en la diversificación de los suministradores, el fortalecimiento de cuantos instrumentos nos permitan reforzar la estabilidad de las áreas de las que importamos energía, que no se caracterizan precisamente por sus fuertes democracias ni por su estabilidad política en general. Necesitamos una revolución energética que se base en la apuesta por energías limpias y su desarrollo y el descarte absoluto, en consecuencia, de la energía nuclear como alternativa. Parece que los tiros no van por ahí precisamente. Hay que apostar por ello, y hoy, apostar significa invertir. El esfuerzo no debe salir de los bolsillos de los consumidores. En ningún caso podemos permitir que la energía se convierta en un artículo al alcance de minorías. Es un servicio que debe asegurarse a todos.br /br /Sólo así, con unas cuantas ideas claras, y muchas ganas y mucha decisión de implementarlas con valentía, podremos hacer frente a gigantes chantajistas de la energía – y una no puede evitar pensar en Putin al decir esto- y enfrentaremos, en general, con garantía, los retos energéticos que el nuevo mercado globalizado pone delante de nosotros, contribuyendo, aunque sólo sea un poco, a paliar los resultados de los primeros desastres globales causados por la mano del hombre, por nuestra mano.br /br /br /Publicado en la Voz de Asturias en enero de 2007